La imagen de la mujer es un tema frecuente en las creaciones artísticas de numerosos pueblos africanos, ya sean concebidos como esculturas independientes o talladas para adornar un objeto utilitario. Erguida, arrodillada o acompañada con otro personaje, la figura femenina manifiesta un ideal de belleza y, casi siempre, posee un rasgo que evoca la maternidad. En numerosas piezas, la mujer aparece amamantando a un niño, o llevándolo sujeto a su espalda. A su vez, el cuerpo de la mujer muestra, a través del cuidado de su peinado y la precisión de sus escarificaciones, el deseo de seducir y alude a la maternidad presentando unos senos llenos o un vientre prominente. Los gestos también hablan: al sujetarse los senos o apoyar las manos alrededor del ombligo, la mujer recuerda su fertilidad.
La alusión constante a la facultad de transmitir la vida celebra a la madre y al ancestro primordial, al tiempo que expresa la noción de poder sobre la que se basa el sistema político africano. La mujer mantiene una relación privilegiada con los antepasados y garantiza la existencia de un futuro próspero, asegurando la continuidad del grupo. Numerosas tallas femeninas aparecen como una evocación de las fuerzas sobrenaturales veneradas, así como un modo privilegiado de establecer una comunicación con el más allá; muchas están destinadas a cultos en honor a los dioses y espíritus.
La representaciones femeninas expresan, a través de la alusión a la fertilidad, los valores fundamentales de la comunidad: su historia legendaria y sus creencias. Son símbolo de prosperidad y del equilibrio social que aporta la maternidad, y recuerdan, de este modo, la gran responsabilidad que tienen las muchachas desde su nacimiento.
En las tradiciones de muchas sociedades de África el mito ofrece una visión del Cosmos que los individuos reproducen y trasladan a sus costumbres. Éste es el caso de las mujeres, herederas del rol supremo de asegurar y mantener el linaje de su pueblo en el tiempo. Una misión que les es encomendada al nacer, y para la cual se tendrán que preparar desde la infancia, siendo la iniciación el periodo clave de formación. El carácter sagrado de la maternidad se expresa asimismo a través del arte: motivos femeninos esculpidos en diferentes tallas, objetos sagrados y estatuas, que recuerdan el vínculo espiritual que une el mundo de los ancestro con el de los hombres.
La maternidad yoruba
Esta escultura representa a una madre ofreciendo a un niño y portando otro a su espalda. Es muy probable que tenga relación con la diosa de la Tierra Odudua. La disposición jerárquica de las figuras tiene su importancia simbólica. Destaca la figura de la madre en el centro en posición arrodillada y mucho más grande que el resto de las figuras.
La posición arrodillada es la forma tradicional del saludo ogboni, y yoruba en general, y simboliza respeto, obediencia, deferencia y devoción. El saludo expresa el concepto de la información secreta, bendición y prosperidad o súplica.
Esta escultura puede constituir un elemento del mobiliario de los santuarios, apropiado para el altar de casi cualquier dios del panteón yoruba. Representa a una sacerdotisa o devota que espera la bendición de todos los dioses o expresa una forma de agradecimiento por haber tenido un hijo. Algunas de estas piezas son llevadas por los devotos durante los festivales religiosos.